Por Amy Gahran (Texto traducido por Paúl Mena)
En casi todo blog y foro público en la Internet donde he participado, he notado que generalmente pocos comentaristas son periodistas que trabajan para medios de comunicación tradicionales.
Esto es verdad incluso en blogs (como E-Media Tidbits) donde los periodistas son la audiencia pretendida. He notado que por cada comentario público que es colocado en Tidbits, yo recibo 2-3 emails privados. Generalmente, esos e-mails privados no son particularmente sensibles (tales como periodistas proveyendo información interna sobre su empleador, una información por la que ellos pueden entrar en problemas por darla a conocer). Generalmente, son preguntas sencillas, comentarios, críticas u opiniones.
Cuando yo recibo esos e-mails, generalmente respondo con: “Buen punto. ¿Por qué no coloca aquello como un comentario público a mi artículo, y yo le responderé a usted allí?” Generalmente en ese punto la conversación se para, y ningún comentario correspondiente aparece en el blog.
Yo tengo algunas teorías sobre por qué los periodistas parecen más renuentes que otras personas a participar en una conversación pública online. Mucho de ello tiene que ver con la cultura tóxica que yo creo que se ha desarrollado en el periodismo y las organizaciones de noticias. Pero antes de que yo amplíe sobre estas teorías (lo cual yo intento hacer en un subsecuente artículo Tidbits), me gustaría escuchar a los lectores de Tidbits:
¿Usted se involucra en conversaciones públicas online? ¿Por qué sí o por qué no?
Me refiero a cualquier cosa desde responder online a cadenas de comentarios asociados con sus propios artículos o textos en un blog, hasta dejar comentarios en los blogs de otras personas, escribir en los foros públicos online o listas de e-mails (donde cualquiera puede ver que ha sido dicho allí), o participar públicamente en el uso que los medios hacen de redes sociales (Twitter, Jaiku, Facebook, etc.) Esto no incluye comunicación privada (e-mail, llamadas telefónicas, u otros canales privados) con personas quienes participan públicamente en tales sitios; ni ser un participante silencioso en esos sitios (leer pero no hablar); ni solo enviar comentarios por medio de canales privados o “protegidos” (tales como un blog LiveJournal que solo sus “amigos” pueden acceder).
Si usted se INVOLUCRA en conversación pública online:
- ¿Cuán a menudo lo hace? ¿Se trata de un hábito regular o de una incursión ocasional?
- ¿Por qué usted lo hace? Si usted encuentra gratificante una conversación pública online, ¿cómo? Si siente un sentido de obligación en participar, ¿por qué?
- ¿Cuán transparente es usted acerca de quién es, qué hace, y para quién trabaja? Si usted esconde información sobre usted mismo o su trabajo, ¿qué es lo que esconde, y cómo, y por qué?
- ¿Cómo esto ha afectado su periodismo? Las noticias o ángulos que usted cubres, las fuentes que consulta, etc. ¿Ha esto afectado su relación con sus colegas, jefes y compañeros de trabajo, comunidad, etc?
Si usted NO (pocas veces o nunca) participa en una conversación pública online, ¿por qué no?
- ¿Cuáles son sus preocupaciones? ¿Teme a las críticas, o a su competencia, o a sentirse abrumado, etc? ¿Piensa que esto puede comprometer su real o percibida habilidad de ser objetivo, o de otra manera minar su credibilidad? ¿Cree que una conversación online es en su mayor parte una pérdida de tiempo?
- ¿Su empleador tiene políticas que restringen o prohíben su involucramiento en una conversación pública online?
- ¿Usted participa silenciosamente? ¿A menudo lee comentarios online y conversaciones sin participar en ellos? ¿Por qué?
Me gustaría mucho escuchar su opinión y experiencias en estos asuntos. Por favor comente aqui.
… Y esté prevenido: Si usted es tentado a enviarme un e-mail de manera privada sobre este tema, yo no lo leeré. Si usted quiere que escuche lo que tiene que decir, usted tendrá que colocar su comentario abajo. Públicamente. Gracias.